Azimuth-43
Revista Azimuth 43: 7-26 , ISSN: 1659-2948 / 2021 - INFOCIT 19 El mundo de la ingeniería y construcción estuvo siempre presente, de alguna manera, en la vida del Ing. Henry Soto Ocampo. Su niñez la recuerda entre serruchos, martillos, tornillos y demás herramientas de madera que se convirtieron en sus inseparables compañeros de juego, dadas por su padre, quien era Maestro de Obras, así como los potreros y aviones volando a poca altura en su natal Rio Segundo de Alajuela. Don Henry perdió a su padre cuando tenía ape- nas 11 años, pero los recuerdos de aquella época resuenan con fuerza en su memoria, inmerso “Me encantaba explorar. Entonces para mí acompañar a mi papá en las construcciones era toda una aventura y más bien cuando no me llevaba me enojaba mucho”, re- cuerda. Influencia de profesores Al terminar la secundaria, y en medio de una dura situación económica a nivel familiar, así como el desconocimiento en sistemas de becas, Soto lo- gró continuar con sus estudios superiores; sin embargo, al verse obligado a trabajar, no pudo entrar a la universidad a tiempo completo. En medio de estas circunstancias, ingresó al CUNA, en 1982, a estudiar un diplomado en Pre- Por: M.Sc. Stephanie Hernández Aguilar Periodista shernandezag@gmail.com supuesto en Obras Civiles, carrera con clases nocturnas, para generar algún ingreso económi- co en el día. Inició trabajando como dibujante y presupuestista, haciéndole “camarones”, a algu- nos profesores y vecinos. Después de su segundo año de haber iniciado los estudios en el Colegio Universitario de Alajuela, varios profesores, le recomendaron seguir otros estudios en Ingeniería, a pesar de que todavía le faltaba un año para culminar su formación de Presupuestista en Obras Civiles. “Entre las varias recomendaciones para conti- nuar estudios, la que más me llamó la atención fue la Escuela de Topografía, de la UNA. Realicé el proceso de admisión e ingresé en 1984, año en el que cursé dos carreras en forma paralela”. Fue así como su último año en el CUNA coincidió con su primer año universitario en la UNA. “Toda mi vida estaré agradecido con ese grupo de profesores que me alentaron y creyeron en mí. También fue clave en este camino el sistema social educativo de Costa Rica: sin beca yo no hubiera podido estudiar”. Camino lleno de éxitos En 1987 se graduó como Técnico en Topografía y Catastro, título que le permitió obtener mejores oportunidades laborales, colegiándose al CFIA. Su camino de formación no se detuvo. Años des- pués sacó el Bachillerato y, posteriormente, la
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