PROFESIONAL DESTACADO
- Revista Azimuth 29: 37-38 ISSN: 1659-2948 / 2015
Profesional destacado
Su primer contacto con la Ingeniería Topográfica fue en
las aulas de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de
Costa Rica (UCR). Un contacto complicado porque había
sido una decisión influenciada por varias personas que le
recomendaron irse por esa área de formación. Pero faltaba
la piedra de toque que lo impulsó de manera definitiva.
Los llamados “veteranos”, un grupo de compañeros con
vasta experiencia por haber trabajado en instituciones
del Estado, fue de quienes “chupó rueda” y se enfiló en
la profesión.
El resto fue la savia de los profesores y el esfuerzo
personal. Tanto se involucró en la profesión que formó
parte de la Asociación de Estudiantes de Topografía y
de la Asociación de Ingeniería, dos cuerpos colegiados
que también formaron su carácter como dirigente
y empresario.
Su piscina laboral al salir de la universidad fue fundar una
empresa de Agrimensura y Topografía en el centro de Pérez
Zeledón, y como todo reto de inicio en la vida profesional,
nadó contra corriente hasta lograr salir avante, y aún hoy
mantiene ese logro de emprendedor forjado desde sus
años juveniles.
Chacón reconoce que su vertiente profesional tiende a
concentrarse en la agrimensura por la elevada demanda
que ella representa en el mercado, pero le guiña el ojo a su
verdaderapasión, y laquemásdisfruta: la topografíaaplicada
a la construcción, “la razón de ser de un ingeniero, su estado
ideal para sentirse profesional y completo”, asegura.
De esa manera, Chacón dividió su espacio laboral en
trabajos por todo el país, sin dejar de atender su empresa
que fundó en aquellos primeros años de profesional
universitario. Basa su empatía con la Ingeniería
Topográfica en su cualidad de ser paciente, un requisito
indispensable, a su criterio, para ayudar a la personas
a resolver los problemas presentados con traslapes de
propiedades, litigios de linderos y diferencias entre partes.
Chacón, de 49 años de edad, combina su vida como
ingeniero topógrafo con su familia. Karen Elizondo Mora,
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su esposa, y sus tres hijos: Carlos Alberto, quien heredó
la afición de su padre por la Topografía; Karina María,
estudiante de Contaduría Pública y Ana María quien
cursa los estudios secundarios en el Liceo Unesco de
Pérez Zeledón.
Este aficionado al fútbol y al tennis en su tiempo libre, es
actualmente presidente de la Asociación de Profesionales
en Topografía y Agrimensura de la Zona Sur (APTA-
BRUNCA) y desde ahí ha logrado construir un Centro
de Capacitación certificado por el CIT para que sus
colegas actualicen
c ono c i m i e n t o s
tecnológicos y de
la profesión.
Aspira a que los
agrimensores
tengan una voz
relevante en
las decisiones
en materia
catastral y
emprenderá
una lucha
para acercar
a la parte
institucional
con quienes
trabajan en
ese campo.
Quizás la
paciencia, su
mayor virtud, lo
ayude a obtener
ese sueño.